Hace más o menos una década, la realidad virtual se veía como cosa del futuro. No era muy accesible y las experiencias disponibles eran escasas. Hoy en día, aunque sigue siendo una tecnología de nicho, ya llevamos por lo menos un lustro en el que se ha visto un acelerado crecimiento del formato, tanto con mejores visores como con videojuegos más avanzados.
Sony ha estado ahí desde los primeros intentos por llevar la realidad virtual a las masas. El primer PlayStation VR fue una de las maneras más accesibles para sumergirse de lleno en el mundo del gaming en realidad virtual. Ahora, PlayStation da el salto generacional del formato con un nuevo visor. Ya lo hemos puesto a prueba y llegó el momento de responder a la vieja pregunta: ¿PlayStation VR2 vale la pena?
Iniciamos con el hardware. PlayStation VR2 sigue apostando por la conectividad por cable. Pero nada que ver con su predecesor. PlayStation VR original requería el uso de una cámara conectada a la consola, además de ello necesitaba una unidad de procesamiento externa que tenía su propia fuente de alimentación. A esta caja llegaba un HDMI de la PlayStation 4 y salía otro para mandar la señal a la TV. Además de que iba conectado vía USB a la consola. Era un cablerío y el proceso de setear una sesión de juego era demasiado engorroso.
La primera gran mejora de PlayStation VR2 es que nos podemos olvidar por completo de todo eso. El visor tiene un cable con terminación USB tipo C que va conectado a un puerto convenientemente ubicado en la parte frontal del PlayStation 5. Eso es todo. Sin fuentes de alimentación, unidades externas ni cables HDMI. Todo se reduce a este único cable. Es facilísimo conectarlo y comenzar a jugar o guardarlo cuando no lo usas. Incluso transportarlo.
El diseño del visor no es muy distinto del del primer PlayStation VR en sus dimensiones y su peso, con una construcción de plástico. El mecanismo de sujeción a la cabeza tampoco es muy diferente. Un aro ajustable se libera con un botón trasero para poder estirarlo un poco y colocarlo alrededor de tu frente y de tu nuca. Posteriormente, una perilla permite apretarlo para que quede justo a la medida de tu cabeza, distribuyendo todo su peso de manera uniforme para evitar el cansancio. En general, es un visor cómodo. Y ahora, la almohadilla recubierta de polipiel que tenía el primer PlayStation VR ha sido reemplazada por una de tela, que resulta más cómoda y fresca para largas sesiones de juego.
El PlayStation VR2 es un avance significativo en términos de comodidad y facilidad de uso en comparación con su predecesor. Pero, ¿qué hay de su rendimiento y las experiencias de juego que ofrece? Eso es lo que exploraremos en la siguiente sección de este análisis.
La máscara de látex que recubre los laterales del visor es un poquito más pronunciada que la de su predecesor y ahora cuenta con un diseño de acordeón para amoldarse de mejor manera a tu cara y proveer un aislamiento más eficaz de la luz externa. También tiene muescas convenientemente ubicadas para que pase el armazón de los anteojos si los usas. Otro punto a favor de su diseño.
Cabe señalar que a diferencia de su predecesor que podía usarse en ambientes oscuros, el tipo de detección de movimiento de PlayStation VR2 con sus cámaras integradas requiere una habitación con buena iluminación. Por lo que el rediseño de la máscara de los laterales para que no pase la luz a la caja era algo necesario para no arruinar la experiencia.
Entre otras novedades de su diseño exterior destaca una nueva perilla en la parte superior izquierda de la caja, misma que permite ajustar la separación de los lentes, un ajuste invaluable que no tenía su predecesor y que aporta mucho a la hora de tener una vista nítida de las pantallas.
En la parte inferior tenemos un botón de encendido al centro, el micrófono del lado izquierdo y en el lado derecho un nuevo botón para activar el modo de transparencia que funciona exactamente igual al de Meta Quest 2. El modo transparencia consiste en que puedas ver en cualquier momento lo que te rodea gracias a las cámaras integradas. De esta manera, no tendrás que quitarte el visor para encontrar los controles, acomodar cosas en tu área de juego, interactuar con los que te rodean o hasta contestar un mensaje en el celular.
Finalmente, también conviene señalar que el visor también cuenta con un puerto para conectar audífonos sobre el soporte, mismo que se adapta perfectamente a los auriculares que se incluyen en el paquete. Aunque puedes usarlo para conectar cualquier dispositivo con cable de 3.5 milímetros. Curiosamente, ahora no se cuenta con un botón de control de volumen, una decisión un tanto extraña y quizá criticable. Pues ahora hay que ir hasta el menú correspondiente de la consola para hacer este ajuste, y no es nada práctico.
La primera vez que conectas el visor aparecen en pantalla instrucciones claras y sencillas para instalarlo. El proceso es muy rápido y nada engorroso. Se te enseña a colocarlo sobre tu cabeza y a calibrar el seguimiento ocular, una de las nuevas funciones del dispositivo, además de medir la separación de tus ojos.
Otra de la preparación de la sesión de juego es que ahora el visor es capaz de mapear tu entorno con sus cámaras integradas, detectando objetos circundantes y muros para sugerir un área de juego cuyos detalles finales puedes ajustar manualmente. Esta función, aunque parece una gran novedad, también estuvo presente en Meta Quest 2, que tiene un sistema muy similar de tracking mediante cámaras incorporadas. Quizás aquí la ventaja es que se sugiere un área de forma automática, lo que podría facilitar un poco el proceso.
Para qué sirve crear esta área de juego, te preguntarás. Bueno, pues básicamente se trata de una jaula virtual. Cada vez que te aproximas a los límites, hay una advertencia gráfica dentro de cualquier programa que estés usando para evitar que salgas y que haya accidentes.
Los controles también merecen mención especial y, si los comparamos con los de PlayStation Move, hay un abismo de diferencia y de potencial, algo que será clave en el tipo de videojuegos que podrán disfrutarse en la plataforma. Los PlayStation VR2 Sense heredan un diseño que nos recuerda mucho a los mandos de Meta Quest 2, pero también integran funciones del DualSense como los gatillos adaptativos y las vibraciones hápticas que mucho aportan a las experiencias inmersivas.
Tanto los gatillos como los botones principales de cada uno de estos mandos están convenientemente dispuestos para traducir de manera precisa los movimientos de tus manos a los mundos virtuales. Su diseño similar a una esfera hueca no es meramente estético, pues cuentan con sensores que detectan dónde colocas los dedos, incluso sin hacer presión sobre los botones. La presencia de una palanca en cada mando es un elemento de vital importancia para juegos con desplazamiento libre, que eran difíciles de ofrecer en la primera generación del dispositivo a menos que uses un DualShock 4.
Al experimentar con los juegos es donde notamos un salto generacional. Pero, ¿qué significa esto en términos prácticos? ¿Cómo se traduce en la experiencia de juego? Eso es lo que exploraremos en la siguiente sección de este análisis.
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